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¿Cómo se veía Kathy Sáenz cuando casi se convirtió en señorita Colombia?
Perdió contra Paula Andrea Betancur y esta es su historia.
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Instagram La famosa empresaria y ex participante del Concurso Nacional de Belleza, Kathy Sáenz, ha demostrado que su paso por los reflectores de la belleza no fue más que un punto de partida para una carrera multifacética y comprometida.
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Sigue las noticias de La Mega en WhatsappEn el año 1993, cuando representó a Bogotá en el certamen de belleza, Sáenz no solo deslumbró con su innegable belleza y su imponente estatura de 1,76 metros, sino que también dejó una impresión perdurable en los espectadores. Aunque no se alzó con el título de Señorita Colombia, su participación fue un trampolín hacia un universo de oportunidades en el mundo del entretenimiento.
Recordada por su larga melena castaña, un estilo de peinado elegante de medio lado, y unas medidas envidiables de 90-60-90, Kathy Sáenz ha evolucionado desde aquel entonces. No solo ha cambiado su apariencia física, sino que su carrera ha experimentado una metamorfosis notable.
Tras su incursión en el mundo de la televisión como presentadora, Sáenz se abrió paso en la actuación, ganándose el cariño del público con su talento. Sin embargo, decidió dar un giro en su vida profesional por motivos de salud, retirándose de la actuación para enfocarse en su bienestar y en su familia.
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No obstante, su historia no se detiene ahí. Esta mujer polifacética se ha dedicado a su empresa de productos cosméticos, comprometida con el uso de ingredientes naturales y el cuidado del medio ambiente. Su compromiso con la preservación del entorno se extiende incluso a sus elecciones alimenticias, un factor que, según ella misma asegura, le ha permitido conservar su juventud a sus 50 años.
Más que una cara bonita en el mundo del entretenimiento, Kathy Sáenz es un ejemplo de versatilidad y compromiso. Su transición de los focos de la fama a un enfoque más íntimo en la salud y el emprendimiento sostenible la convierte en un referente para aquellos que buscan trascender más allá de los límites de la fama superficial.
